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Para nadie es una sorpresa que la labor de bomberos es totalmente gratuita. Pero no siendo suficiente esto, compran sus buzos, sus insignias, sus chaquetas y todo lo que utilizan generalmente.
Incluso, la comida que se contempla para ellos es solo el desayuno para aquellos voluntarios que duerman en la guardia... Es decir, si estuvieron todo el día en algún siniestro al llegar al Cuartel, no recibirán ni siquiera una taza de café, ya que para conseguir algunos pesos extra, los casinos de las Compañías se concesionan a particulares. Todo sale de los bolsillos de los mismos voluntarios.

La disciplina de una Compañía de Bomberos es fuerte. Los bomberos deben cumplir con un cierto porcentaje de asistencia, lo que incluye siniestros, reuniones, actos oficiales, ejercicios, entre otros. Dicho porcentaje puede significar la permanencia de un voluntario en la Compañía, y cumplido, les permite acceder a premios por la cantidad de años que han permanecido en el Cuerpo de Bomberos. Se representan con medallitas en la chaqueta "de gala".

Los bomberos tienen también una instancia disciplinaria que los sanciona en caso de no cumplimiento de sus deberes como voluntarios. Se conoce como "Junta de Oficiales" y puede decidir expulsar al infractor de la Compañía.

La labor de bomberos no radica solo en armar líneas (mangueras) y vencer el vértigo, pues realizan muchas otras labores que requieren de preparación especial. Una de ellas, es el Rescate Vehicular. Bomberos acude a este tipo de llamados, cuando en un accidente del tránsito una de las víctimas se encuentra atrapada entre los fierros de un automóvil, y ello porque cuentan con las herramientas necesarias para cortarlos. Sin embargo, la preparación que reciben en este curso no sólo se limita a esta labor, sino también al primer auxilio de los heridos y los cuidados necesarios para sacarlos del vehículo donde se encuentran atrapados.

Para ello, utilizan sus camillas y grilletes cervicales hasta que el SAMU se hace cargo del herido. La ambulancia lo traslada a un centro asistencial, y detrás, la sigue el carro de Rescate Vehicular para recuperar sus implementos. Obviamente, la demora en la atención de la víctima implica que durante todas esas horas, el carro permanece esperando la devolución de sus implementos. Eso puede demorar 2 o 3 horas.

Las políticas del Cuerpo de Bomberos han ido cambiando acorde con los tiempos, y un poco, con la inconciencia por ignorancia existente de su labor. Por ejemplo, y relacionado con lo anterior, Bomberos solo puede acudir a un llamado por accidente del tránsito en caso de que exista una persona atrapada al interior de un vehículo, de lo contrario, no están autorizados para el traslado de heridos de otra especie a un centro asistencial, ello porque ante un llamado Bomberos son los primeros en acudir, antes de Carabineros y Ambulancia.

Afortunadamente hoy, y con mucho esfuerzo, se cuenta con una ambulancia especial del Cuerpo para el traslado de voluntarios que resultan heridos en emergencias. No es difícil imaginar que si el SAMU demoraba para el traslado de las víctimas, el traslado de un voluntario herido sería aun más negligente.

En demoras como esta, muchos voluntarios han perdido la vida en incendios de gran magnitud, o imprevistos que se producen en siniestros de menor intensidad. Tres de los Cuatro Mártires de la 2ª Compañía de Bomberos de Ñuñoa murieron en un voraz incendio en calle Madreselvas a pasos de Macul. En diciembre de 1962 un llamado indicaba incendio declarado en una empresa de adhesivos. Acudieron todas las compañías de Ñuñoa.

El incendio estaba casi controlado. Los voluntarios de la Segunda, como compañía de escala (encargados de la remoción de escombros, y apertura de caminos para el ataque del agua, entre otros), ingresaron al galpón para buscar y sofocar cualquier fuego que quedara. El agua que corría desde dentro, llena de químicos combustibles, comenzó a correr hacia afuera. Una llamita inofensiva llegó a la mezcla de agua y combustible, y prendió todo el lugar nuevamente. Aproximadamente, seis voluntarios se encontraban dentro del galpón. Los tambores explotaban unos con otros y atraparon a tres de ellos.

Silvio Guerrero, uno de ellos, voluntario de años, murió en ese incendio. Su cuerpo quedó irreconocible... Silvio trabajaba en una imprenta, y un accidente con la gillotina había significado la pérdida de sus dedos meñique y anular. La pérdida de sus falanges permitió ser reconocido por el médico de la Compañía.

Jorge Batiste, el más joven de todos, había acudido a su primer incendio. Realizaba labores fuera del siniestro, y solicitó permiso para ingresar cuando el incendio se había extinguido por primera vez. Se autorizó su entrada, y la explosión lo pilló dentro. El Teniente que dio la autorización, aun siente culpa por aquella decisión.

Luis Bernardín, volunario de la guardia, resultó con un porcentaje mortal de su cuerpo quemado en el incendio. Fue derivado a la Posta Central para su atención, y entre su semi conciencia, escuchó cuando el médico de turno ordenó: "Dejenlos morir en paz". Las condiciones no permitían esperanzas para él, y otro compañero. Meses de agonía, injertos de piel casi a diario, y dolores inimaginables, lo acompañaron en el Hospital. Finalmente, y debido a su delicado estado, una afección pulmonar terminó con su vida.

En ese incendio hubo también muestras de que la mente humana es todo poder en momentos límites. Uno de los voluntarios, en la desesperación, escapó por entre las protecciones de una de las ventanas... Entre una distancia de no más de 10 cms. un macizo voluntario escapó de las llamas...

En diciembre pasado asistí a la misa recordatoria que se realiza anualmente para recordar a estos voluntarios. El año pasado fue el último año que se celebró en el mismo galpón en que ocurrieron estos hechos hace 43 años. La experiencia fue increíble... inolvidable... Una improvisada galería mostraba noticias de los diarios de la época.