Para leer en un largo viaje...
Hoy, en la sobremesa familiar del domingo, me he enterado con una aliviante alegría, que ha dejado de existir. Hubo un pequeño brindis... algunos comentarios esperanzadores sobre el futuro... y otros no tanto, sobre las horas venideras...
Las noticias nos comienzan a contar de sus múltiples adherentes, quienes comienzan a agolparse en la salida del Hospital Militar... dolientes, abanderados, agradecidos, irritados... Una extraña mezcla entre pesar y rabia, lloran, vociferan, maldicen.
Al otro lado de la ciudad, Plaza Italia, el epicentro de los triunfos populares, comienza también a llenarse, pero de aquellos que reciben la noticia con algarabía y esperanza. Sepa Ud. que no se trata de personas de "mal gusto" o "malos cristianos" como se han querido denominar por otros de sus secuaces, simplemente de ciudadanos que ven como, junto con su cuerpo, muere la personificación del período más triste y oscuro de nuestra historia.
Con Ud., Augusto, enterramos la miseria y la cesantía que azotó a este país, particularmente en los años 80, y comenzamos a mirar la tortura, la relegación, el exilio y la muerte institucionalizada, como partes integrantes de un Chile que se prepara para vivir la democracia en madurez. Si, Sr. Pinochet, su gobierno fue el peor de la historia de nuestro país en términos económicos, sociales y sobre todo, en cuanto a derechos fundamentales se refiere.
Ud. llevo a la quiebra a este país, haciendonos pagar por años la deuda histórica de la banca. Creó los sistemas de AFP e Isapres, que no hacen más que dar dolores de cabeza a los chilenos, traspasó la educación y la salud a manos municipales, con las consecuencias que hasta el día de hoy se pueden apreciar.
En tribunales, serán alrededor de 300 las causas que deberán sobreseerse luego de los acontecimientos de hoy. Causas por delitos tan variados como atroces: genocidio, homicidio, secuestro, malversación de fondos, falsificación de instrumentos públicos, y otros. Uno de los criminales más integrales del siglo XX. Es Ud. un hombre afortunado... La suerte, siempre estuvo de su lado... A pesar de aquellos jueces (malagradecidos, dirá Ud.) que insistían en desaforarlo para someterlo a proceso, una y otra vez, la justicia no pudo contra fuerzas invisibles... de la naturaleza, tal vez, que embestían contra su maltraído cuerpo, y lo dejaban incapaz de afrontar sus actos, como lo haría un soldado.
Recuerdo sus declaraciones luego del fallido atentado del FPMR en el Cajón del Maipo. Mostraba con orgullo los múltiples imapctos en su Mercedes Benz blindado, y nos contaba sobre la valentía del soldado chileno, en momentos como ese... La historia no oficial, nos cuenta sin embargo que Ud. se echó al suelo, se orinó en los pantalones y olvidó por completo su nieto que lo acompañaba en ese glorioso día... y digo glorioso, porque solo la suerte (una vez más de su lado) lo salvó de morir y pasar a la historia como mártir. Vaya oportunidad que se perdió...
En vez de eso, la historia reciente lo juzga como un dictador... un ser humano ambicioso, que postergó los intereses del país por su infinitas ansias de poder, manteniéndose mucho más allá de un período de reconstrucción nacional... "Yo me voy a morir. El que me suceda también tendrá que morir. Pero elecciones no habrá..." Declaraba hacia 1975...
La historia lo juzga como un traidor y rastrero... en agosto de 1973 Ud. fue nombrado como Comandante en Jefe del Ejército, y juró lealtad al presidente Salvador Allende. Menos de un mes más tarde, bombardeó La Moneda, el símbolo del poder político de la nación, con su presidente en el interior, dispuesto a defender el puesto que el pueblo le había otorgado. Equivocado o no, era sin duda la manera menos patriotica de frenar los errores de ese gobierno. Casi un mes más tarde, ordenó el asesinato del General Carlos Prats en Buenos Aires... me imagino que no había entre Uds. una amistad, ni una comunión de ideas... pero se trataba también de un General, su antecesor y compañero de uniforme...
La historia lo juzga como un criminal, sin respecto alguno por la vida humana. Los atrocidades cometidas durante los años de su gobierno de facto, por todos aquellos que seguían sus órdenes, y que pertenecían a este país donde no se movía una hoja, sin que Ud. lo supiera, son dignas de una novela de terror. El Informe Rettig y Valech nos contaron de un sinfín de detenciones, muertes y desapariciones que solo podían ser maquinadas por una mente como la suya. Llena de crueldad y desprecio. Sin atisbos de humanidad o amor al prójimo, respeto a los derechos esenciales, ni voluntad política. En sus 17 años de dictadura, hubieron 3196 asesinatos políticos, más de 483000 allanamientos, y 247000 compatriotas traspasaron la frontera para salvar sus vidas de la persecución y la violencia.
La historia lo juzga además como un ladrón. En los días siguientes al golpe militar, llamó a la ciudadanía donar sus riquezas para la reconstrucción nacional. Miles de almas asustadas e ingenuas aportaron sus bienes para ayudarlo en esta gran y noble tarea. Cómo se sentirán frente a las denuncias que pusieron en público conocimiento las millonarias cuentas que mantenía en el Banco Riggs y que sumaban alrededor de 27 millones de dólares. Uno de sus hijos, indignado explica que Ud. fue una persona metódica y ahorró peso a peso para tener tal fortuna. Sr. Pinochet... los chilenos dejamos de ser hueones hace mucho tiempo, perdone mi franqueza.
Hoy, la prensa internacional habla el todas sus portadas de la muerte del dictador. Ninguno tiene para Ud. adjetivos como "el salvador" "el arquitecto" "el presidente", y otros que sus adherentes han pronunciado a lo largo de esta tarde, tan primaveral y asoleada.
Le dejo esta carta como entretención para el largo viaje que su alma emprenderá hacia un lugar oscuro y sofocante....
Confesado por FrancisK @ 17:50
